Lo prometido es deuda, continuamos hablando de la historia de la movilidad eléctrica que comenzamos en el post anterior; esperamos que sea de vuestro interés.
Movilidad Eléctrica en el Siglo XXI
La oferta comercial de los coches eléctricos comienza a renacer en torno a 2010. Por otro lado, la tecnología híbrida era una realidad comercial desde 1997; en 2010 ya existía una importante oferta de coches híbridos en Toyota, Ford, Honda y General Motors; y en Japón y California las ventas tuvieron un gran éxito impulsadas por las políticas de incentivo.
La introducción comercial del Nissan Leaf, Chevrolet Volt y Toyota Prius fue el comienzo de una entrada en el mercado con trayectoria ascendente; la problemática de las emisiones diésel en 2015 de Volkswagen favoreció a este crecimiento.
Por otro lado, Tesla, un pequeño fabricante de coches eléctricos de gama alta, es ahora un gigante; Tesla supone una gran competencia para los grupos automovilísticos. Y lo más importante, el sistema de cuotas implantado en China; que exige un porcentaje mínimo de ventas de eléctricos, será determinante para fabricantes y otras naciones desde 2019.
Actualmente sigue en crecimiento la oferta de modelos eléctricos, al principio eran vehículos convencionales transformados, pero ya hay varios ejemplos de ingeniería hecha desde cero; hasta integrarse en la alta gama y en la Fórmula 1 con el McLaren P1, el Porsche 918 Spyder o Ferrari; siendo ya el coche eléctrico una realidad tangible a día de hoy.
Conceptos generales de la movilidad eléctrica en la actualidad
En la movilidad eléctrica aparece una gran flexibilidad que no existe en la movilidad tradicional; los usuarios disponen de más lugares donde poder recargar (hogar, trabajo, centros comerciales…). En oposición al uso tradicional del automóvil que reduce las opciones a puntos concretos de repostaje (gasolinera).
Es por ello recomendable realizar la instalación de un punto de recarga en la propia plaza de garaje para que la recarga del vehículo eléctrico sea más eficiente, cómoda y óptima. Por otro lado, existen puntos de recarga públicos con diferentes velocidades de carga; los que tienen un menor coste funcionan a velocidad lenta o media; los que tienen un coste mayor funcionan a velocidad rápida.
Por ejemplo, un punto de recarga rápida puede tardar unos 45 minutos en conseguir la recarga completa de un coche eléctrico; mientras que un punto de recarga a 16 amperios tardaría 8 horas, y un enchufe normal más de 12 horas. Directamente proporcional a la velocidad de recarga, es el coste; generalmente, los puntos de recarga rápida no son gratuitos, aunque puede haber algunas marcas que lo proporcionen actualmente.
Entre las ventajas de la movilidad eléctrica, tenemos que tener en cuenta que la contaminación generada por un vehículo eléctrico tenderá a cero si el punto de recarga funciona con placas solares u otro tipo de energía renovable. Por otro lado, un vehículo que circule con electricidad es entre cuatro y ocho veces más económico que con combustibles tradicionales; de esta manera, el incremento en el precio de venta se ve compensado por la reducción en el coste de combustible y de mantenimiento o revisiones y reparaciones.
Con la aparición del vehículo eléctrico, en el negocio del automóvil entran otros agentes aparte de los fabricantes y la industria petroquímica como son los gestores de carga, instaladores de puntos de recarga, empresas de alquiler por minutos, generadores de electricidad, etc, creando de esta forma un ecosistema amplio y más competitivo.